Tenemos Presidenta Tenemos Presidenta

13:53:01 / 02/10/2024

Autor: Redacción

 

Por Juan Pérez Medina.

Cuando el expresidente Andrés Manuel López Obrador en 2018, escogió el slogan de
campaña “Juntos haremos historia”, estaba en lo cierto. Era tal la certidumbre que seis años
después, en el primero de octubre, este enunciado se confirma: ¡Tenemos Presidenta! La
primera en la historia de México.
Una mujer de nombre Claudia Shembaum Pardo, madre, científica y abuela, es la nueva
presidenta de mi país. Un hecho inusitado en una nación en donde todavía hoy, se
regodeaba el machismo. Y el que sea ella nuestra primera presidenta, no es más que la
confirmación de que estamos en un proceso de cambio para bien. Con ella se da un duro
golpe al machismo y se afirma la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres. Bien por
nosotros, bien por todos.
igual se reafirma la continuidad de la Cuarta Transformación de la vida pública de México.
En su estupendo discurso de toma de posesión ha confirmado la permanencia de los
programas sociales que inaugurara AMLO, como son: programa de apoyo a adultos mayores,
a jóvenes construyendo el futuro, a personas con discapacidad, a sembrando vida, etc., que
son un mecanismo de redistribución económico que, si bien no acaba con el sistema
desigual del capitalismo neoliberal, permite disminuir la pobreza y a extrema pobreza. Ha
reafirmado la constante del crecimiento del salario mínimo y, de manera especial, del
salario para docentes, trabajadores de la salud. Ha mencionado, además, dos nuevos
programas de apoyo a las mujeres de 60 a 64 años y de beca universal para los alumnos de
las escuelas de educación básica. Con ello ha quedado claro que en este gobierno de la
continuidad “por el bien de todos, primero los pobres”.
Como un eje trasversal ha situado a la democracia. Un pilar de la vida pública, pero sobre
todo una forma de conducta, un modo de ser y actuar. “Sin el pueblo nada, con el pueblo
todo” ha mencionado, para luego afirmar que su gobierno será garante de todas las
libertades, comenzando con la libertad de expresión y dejando claro que su gobierno no
ejercerá la represión en contra de grupo alguno y mucho menos de sus adversarios, pero
que mantendrá una lucha permanente y enérgica en contra de cualquier forma de
discriminación.
Continuará la cruzada constante contra la corrupción y se profundizará la austeridad
republicana. Se acabará con la reelección en los cargos públicos y se mantendrá la doctrina
de no intervención, libre determinación de los pueblos y solución pacífica de las
controversias en las relaciones internacionales.
AMLO ha dejado un enorme reconocimiento dentro y fuera del país al proceso de cambio en
el que estamos inmersos, así lo demuestra la presencia de más de 100 representantes de
diversos países que engalanaron el acto de toma de protesta de la ya actual mandataria,
que no es más que la aceptación del papel vital que nuestro país viene representando en el
cambio que los pueblos necesitan para ya no depender del capitalismo brutal y el
neoliberalismo rapaz.
Se inaugura así una nueva etapa en la vida nacional. Se inicia la construcción del segundo
piso de la Cuarta Transformación de la vida pública de México, que busca ser más soberano,
más independiente, más igualitario, más justo y con más bienestar social.
Aunque podría decirse que el terreno es menos sinuoso de lo que fue para AMLO y su
gobierno, no será fácil ante las circunstancias en el que el mundo globalizado actual se
encuentra. La evidente decadencia de los Estados Unidos viene anunciando desde hace
décadas una situación cada vez más conflictiva, explosiva y violenta. La Guerra de Ucrania
y el genocidio en Palestina y la torpe subordinación europea a las políticas Yankis, junto con
el nuevo ascenso de la derecha y la extrema derecha en países como Italia, Francia, Austria
y Alemania, son pruebas irrefutables de que nos encontramos en un momento lleno de
incertidumbre y zozobra, que no cesará en el mediano plazo y, mucho menos, en un corto
plazo.
Por otra parte, está al interior del país la oligarquía mesiánica, el conservadurismo más
exacerbado que aun mastica el relato de que ellos no perdieron, a pesar de la contundencia
de la paliza que le dio el pueblo de México el pasado 2 de junio.
Esa derecha rancia que no claudicará y que permanecerá intentando con todas sus malas
mañas frenar el cambio, detener el avance del país, oponiéndose a las reivindicaciones
sociales, las reformas con ese carácter y, por tanto, al empoderamiento del pueblo.
Espero y así lo concibo, que la presidenta Claudia Shembaum Pardo, dará los pasos
adecuados para que el pueblo actúe y dirija los destinos del porvenir, tal y como lo
mencionara el extraordinario Morelos, refiriéndose al papel que le toca al pueblo para
brindarse su destino; que democratizará la vida nacional y, con ello la partidocracia y el
interior de la vida de los partidos, sobre todo, de su partido, hoy convertido en una caricatura
de lo que pretendíamos que fuera. Le deseamos mucha suerte y la tendrá, porque sabe que
cuenta con todo el pueblo hoy empeñado en consolidar un segundo gobierno de carácter popular.