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Por:Juan Pérez Medina A LOS TRABAJADORES DE LA EDUCACIÓN DE LA SECCIÓN XVIII DEL SNTE-CNTE. AL PUEBLO DE MICHOACÁN. l. LOS ORIGENES La lucha del magisterio michoacano por democracia sindical se remite a la década de los años sesenta, cuando el SNTE era un apéndice del PRI y formaba parte de la ya desaparecida CNOP. La estructura directiva oficial de la SEP era parte del SNTE y actuaba junto con los representantes sindicales, como mecanismo de control y presión en contra de los trabajadores. Nada se movía en las escuelas sin que ellos lo determinarán. La disidencia era perseguida y reprimida a la primera oportunidad. Prácticamente todos los dirigentes del Movimiento de Liberación Político Sindical (MLPS) que aglutinaba a la valiente disidencia fueron cesados ante el desafío que representaban para el “charrismo” sindical. A pesar de estas circunstancias, los maestros y las maestras disidentes continuaron organizando la lucha por democracia sindical en la entidad, coordinándose a nivel nacional con los contingentes de Chiapas, Tabasco, Oaxaca, Estado de México, Guerrero, Hidalgo y las secciones seccionales 9, 10 y 11 de lo que era el distrito federal, siendo parte fundante de lo que hoy se conoce como la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE); cuyo objetivo era el de democratizar el SNTE para convertirlo en un instrumento al servicio de los trabajadores y luchar para mejorar sus condiciones de vida. ll. LAS REIVINDICACIONES. En 1989, ante una fuerte caída del salario, producto de las devaluaciones del peso, que pasó de $12.50 a 22 pesos, se generó un malestar general entre los trabajadores del país, siendo los aglutinados en la CNTE de las secciones sindicales del centro del país, las que iniciaron una serie de movilizaciones exigiendo sólo dos cosas: incremento salarial y democracia sindical. En la entidad, el charrismo sindical había impuesto en Lázaro Cárdenas a Carlos Acosta Mora como el nuevo dirigente de la Sección XVIII, quien convocó en marzo de ese mismo año a una movilización de apoyo al SNTE y su eterno dirigente: Carlos Jonguitud Barrios. En esa movilización y, al grito de “el que no brinque es charro” promovido por la disidencia, los miles de maestros repudiaron al Comité Ejecutivo Seccional y su dirigencia y demandaron incremento salarial del 100 por ciento. Esas muestras de repudio se repitieron el 17 de abril ante la convocatoria de la CNTE a paro nacional que se extendió por casi todos los estados del centro y sur del país, desde Hidalgo hasta Chiapas, incluyéndose Michoacán. Fue así que nació el Movimiento Democrático Magisterial (MDM), cuyo antecedente inmediato fue el MLPS y sus principales exponentes, los nuevos dirigentes de está insurrección magisterial que cubrió casi todo el territorio, con la excepción de las regiones de la costa y el oriente de Michoacán, pues ni Lázaro Cárdenas, Coahuayana, Zitácuaro, Hidalgo y Huetamo se sumaron a la lucha en forma masiva, como sí ocurrió con regiones como Zamora, Maravatío, Ciénega de Chapala, Zacapu, Puruándiro, Pátzcuaro, Apatzingán, Tacámbaro, Morelia, Uruapan y Educación Indígena. Miles de maestros y maestras salieron a las calles atendiendo el paro nacional que se prolongó por semanas; lo que obligó al gobierno de Carlos Salinas de Gortari a anunciar un 26% de incremento al salario y, la destitución del Secretario General del SNTE, Refugio del Ángel y despidieron a Carlos Jonguitud Barrios de su cargo de dirigente vitalicio de los maestros; el reconocimiento de la dirigencia de la Sección XX; el acuerdo para realizar los congresos seccionales de la Sección Nueve, la XVIII, VII y XIV y el comité de composición en la Sección X del Distrito federal. En el marco del paro nacional y las negociaciones de la CNTE con el CEN del SNTE, los contingentes de las regiones realizaron una marcha de “pies cansados” por las cinco entradas a la ciudad de Morelia a fin de coberturar la negociación nacional. Los contingentes partieron de Tiripetío, El Correo, Tarímbaro, Charo y Buena vista. Para las 16 horas, después de una larga caminata de casi 7 horas, la Comisión Negociadora anunció la destitución del CES encabezado por Carlos Acosta Mora y el acuerdo para realizar un congreso extraordinario el 13 y 14 de octubre en Uruapan. La combativa marcha de “pies cansados” se convirtió en una celebración. La avenida Madero fue un espacio de fiesta popular. El magisterio en lucha permaneció hasta altas horas de la noche. En la primavera de 1989, la CNTE logró movilizar a más del 75 por ciento del magisterio nacional, en la ofensiva magisterial más amplia y profunda de la historia del SNTE. La CNTE se fortaleció obteniendo las representaciones oficiales de las Secciones XXII, VII, IX y parte de la X. Para Michoacán se acordó el desconocimiento del Comité Ejecutivo Seccional encabezado por Carlos Acosta Mora y la realización de un nuevo congreso a celebrarse el 13 y 14 de octubre en Uruapan. |
