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SAN JUAN NUEVO, Mich.- Esta comunidad que recibe anualmente miles de turistas, principalmente peregrinos, vive una aparente calma, sus habitantes tratan de llevar una vida normal, ante el surgimiento, hace tres días, de la Policía Comunitaria, según dijeron, por estar cansados de la serie de extorsiones y pagos de cuotas a grupos delincuenciales. Decenas de personas, con armas de fuego y machetes, vigilan la población e instalan “filtros” en diferentes puntos de la población y los principales accesos, desde la noche del pasado martes. A esta Policía Comunitaria se integraron los policías y tránsitos municipales; ahora, es una sola policía, vestidos de civil y con el rostro cubierto que viajan en grupos de un lugar a otro. En las salidas hacia Uruapan, Tancítaro y la zona volcánica, son revisados cada uno de los vehículos que por ahí circulan. Otros, atrincherados y parapetados tras montones de costales con arena a los costados de los accesos, hombres con rifles de los conocidos como “cuerno de chivo”, apuntan sus cañones hacia la vía de circulación. El comercio, las escuelas y la iglesia, continúan sus actividades con aparente normalidad; no se ha afectado el turismo, dijo uno de los encapuchados, pero es necesario que nos cuidemos nosotros mismos, ya estamos cansados de tanta extorsión y pago de cuotas, por eso nos levantamos en armas, dijo otro. Los principales afectados eran los aguacateros, pero ahora ya pretendían cobrar a los comerciantes. Las rondas de la Policía Comunitaria es apoyada por elementos del Ejército Mexicano que han establecido una base en este lugar. |
