Juárez Símbolo de la República contra la Intervención Francesa. Juárez Símbolo de la República contra la Intervención Francesa.

13:34:33 / 05/05/2013

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Juárez Símbolo de la República contra la Intervención Francesa.

Antecedentes históricos sobre el inicio de la guerra contra los franceses

5 de mayo de 2013.- (Historia).- Da inicio la guerra contra los franceses.
Ante la posición de Napoleón lll, el gobierno mexicano hizo los preparativos para su defensa e invitó a todos aquellos generales más destacados, principalmente los que habían participado a su lado en la lucha liberal años atrás (la Guerra de los Tres Años, por ejemplo), entre ellos Ignacio Zaragoza, ocupaba el cargo de general en jefe del Ejército de Oriente.
Mientras tanto, el general francés Conde de Lorencez, comisionado para la realización del primer ataque a México, aseguró a su emperador que penetraría a la capital de la república del 20 al 25 de mayo de 1862; sin embargo, antes habría que tomar la plaza de Puebla.
Días previos al combate en Puebla, a iniciativa de Zaragoza las tropas republicanas salieron al encuentro de los invasores para sostener una batalla en un lugar llamado Las Cumbres de Acultzingo.
Ahí, tuvieron un enfrentamiento preliminar a la Batalla de Puebla. Se trató de una sangrienta y encarnizada pelea que dejó en el campo muchos mexicanos muertos y otros tantos franceses. Además, del bando mexicano salió gravemente herido de una pierna el valiente general José María Arteaga.
Después de la acción en Acultzingo, llegó la hora del enfrentamiento en Puebla, los defensores improvisaron sus posiciones y armas en un tiempo de alrededor de 24 horas, la ciudad correspondía a una plaza donde predominaba la simpatía clerical y la población era hostil al Ejército Republicano, al simpatizar con los intervencionistas.
El 4 de mayo, el general Lorencez, responsable del ejército francés se estableció en Amozoc, y para entonces Altamirano, general en jefe del Ejército de Oriente, ya lo esperaba con un contingente de entre cuatro y cinco mil hombres, o sea, ligeramente en menor cantidad de los que contaban los europeos.
La batalla se desarrolló el día 5 de Mayo y después de la lucha trascurrida por unas horas, la victoria coronó los esfuerzos de los mexicanos defensores, de su jefe Zaragoza y las tropas convocadas. Sobre el triunfo liberal, el informe de este héroe de la patria que emitió a Juárez expresaba: "las armas nacionales se han cubierto de gloria. Las tropas francesas se portaron con valor en el combate y su jefe con torpeza en el ataque". Los franceses perdieron 476 soldados y 345 heridos, mientras que México tuvo 83 muertos, 132 heridos y 12 desaparecidos.
Contrario a todos los pronósticos, Lorencez fue derrotado, ya que a pesar de contar con 6 mil soldados de oficio aguerrido y armados, en Puebla no doblegó a los 4 mil que tenía a su mando el general Zaragoza. Por cierto, el 5 de Mayo, el conservador Leonardo Márquez y su gente se sumaron a las partidas de Juan Nepomuceno Almonte, quien apoyaba a Lorencez.
En resumen, el cuerpo militar galo al no poder con el contingente mexicano dio la retirada, y por consiguiente la primera campaña de los franceses en México concluyó favorablemente para los nuestros, a pesar de que aquellos 6 mil hombres disponibles, perfectamente armados y disciplinados, se consideraban los primeros soldados del mundo por sus brillantes victorias en Europa.
La derrota fue un golpe fuerte para el gobierno francés, toda Europa se enteró y produjo en Lorencez un efecto psicológico deprimente, su orgullo quedó por los suelos, pues le había asegurado a Napoleón III que llevaría con buen éxito su campaña, minimizando sarcásticamente al ejército juarista.
La noticia del triunfo de las armas republicanas en Puebla, motivaron a Juárez, pero inquietaron y pusieron en alerta al gobernante francés. Luego del descalabro, con el apoyo del propio Napoleón III y para vengar la afrenta que había recibido su ejército, el Congreso Legislativo de su país autorizó la incursión de un mayor número de elementos de su milicia destinando de paso una fuerte suma dinero necesaria para poner en práctica su nuevo plan militar.
No había que retractarse, un país tan pobre y dividido como México no podía poner en ridículo a Francia, fue así como Napoléon III instruyó que se enviaran refuerzos a nuestro país, provenientes de algunas partes como Tolón, Orán y Argel, de donde salieron hasta completar, con las fuerzas residentes de Veracruz (plaza en la que estaban acantonados los de Lorencez); treinta mil hombres al frente del General Elías Federico Forey, el que por su trayectoria en la milicia le llamaban "Héroe de Italia".
El 25 de septiembre de 1862 Forey desembarcó en Veracruz y fue nombrado general en Jefe de las Fuerzas Expedicionarias de México.
Mientras tanto, Lorencez tuvo que dejar su cargo y al ser desplazado por el mariscal Forey, el ejército aumentó a 30 mil hombres y 50 cañones. Tan pronto como llegó el cuerpo expedicionario del nuevo dirigente a Veracruz, éste desconoció el gobierno provisional de Almonte, conservador que se había atribuido el título de Presidente de la República, comenzaba así la segunda campaña emprendida por el gobierno francés.
Para ese tiempo, desafortunadamente Benito Juárez tuvo que cambiar sus planes estratégicos de defensa, a consecuencia de la inesperada muerte por enfermedad del general Ignacio Zaragoza; y, por lo tanto, se encargó al general Jesús González Ortega, la nueva embestida de los franceses, esta vez al mando de Forey.
De esta campaña lo más destacable fue, sin lugar a dudas, su triunfo del "Sitio de Puebla" sobre el ejército que defendía esa ciudad, dirigido por González Ortega, plaza donde iniciara la lucha el 18 de marzo de 1863 y concluyera el 17 de mayo de ese año.
Ante la derrota, González Ortega y los demás defensores perdieron la esperanza de seguir luchando y fueron puestos en prisión, para después ser enviados a Francia, aunque González Ortega y Porfirio Díaz pudieron escapar.
A partir de entonces los franceses tuvieron campo abierto para llegar a su destino: la ciudad de México. El plan de Napoleón iba por buen camino.
Las batallas en lo sucesivo no pararon. El conflicto armado entre México y Francia no habría de ser una guerra regular, sistemática y calculada, al contrario, fue una resistencia que estaba presente en casi todas las partes de la geografía mexicana y en ninguna; no se daban batallas formales, sino escaramuzas que tenían lugar todos los días y en todos los parajes, no había sitios de plazas fuertes, se tomaban y perdían ciudades, se volvían a perder y se ganaban con la misma facilidad por ambas partes.
Sin embargo, a mediados de 1863, el control francés fue paulatinamente llegando a las principales ciudades de la República, por medio de la toma de plazas por parte de las operaciones militares de los franceses.
El 31 de mayo el licenciado Benito Juárez, presidente republicano, decidió salir de la ciudad de México y trasladar sus poderes a varias ciudades hasta concluida la guerra.
Las operaciones de los intervencionistas tenían como principal objetivo perseguir las guerrillas esparcidas que se hallaban en las cercanías de la capital del país, para dispersar y eludir las partidas juaristas, mientras se definía el emperador que habría de gobernar a la nueva monarquía.
De junio a agosto de 1863, muchas ciudades importantes ya se habían adherido voluntaria e involuntariamente a la intervención: Córdoba, Toluca, Tepoaca, Matamoros, Cholula, Tulancingo, el estado de Chiapas, Mérida, Campeche, la ciudad de Puebla, Veracruz, Cuernavaca, Tabasco y Tampico.
Satisfechas por el trabajo alcanzado por Forey, las autoridades francesas concluyeron la segunda campaña militar, y el llamado "Héroe de Italia" se despidió del ejército y fue relevado el 30 de septiembre de 1863 por Aquiles Bazaine, quien se encargó del ejército a partir del 1 de octubre de ese año y desde entonces la guerra tendría un nuevo panorama, en que las operaciones delicadas se emprenderían con mayores ambiciones. Bazaine creyó que al ser tomada la plaza de San Luis Potosí, habría de concluir su campaña militar y el derrocamiento de Juárez, pues creía que "sería ¡un simple paseo militar!", pero no fue así.
Los franceses se dividieron en 5 columnas y al mando de sus respectivos generales Berthier, Donay, Miramón, Mejía y Márquez, salieron de la capital en los primeros días de octubre, la división de Mejía se dirigió a Toluca, donde debía caer sobre Querétaro; el general Márquez yendo por Toluca tomaría Morelia, plaza en la que se uniría con las fuerzas de Berthier.
En combinación con estas divisiones, Bazaine se encargó del centro del país y marchó sobre Guanajuato donde según el plan se ubicaría el cuartel general y el punto de partida ulteriores. El total de las fuerzas ascendía a 12 mil efectivos franceses y 6 mil mexicanos, se había planeado que todas las divisiones se concentraran en San Luis Potosí y así finiquitar la guerra.
Los resultados de esta rápida y afortunada campaña para los imperialistas fue considerada por ellos como la conclusión de la guerra, a finales de 1863, sin embargo el ejército juarista aún y con sus carencias no se doblegaba, la mayor parte de las guerrillas desaparecieron, pero no tardaron en resurgir otras más numerosas y aguerridas, hecho similar a lo ocurrido durante la Guerra de Independencia.
A principios de 1864, la situación del conflicto México-Francia podría resumirse así:
De 23 estados los franco-mexicanos ocupaban 18, y los restantes los republicanos. Del 1 de enero al 20 de mayo de ese año, día en que dejó de funcionar el gobierno provisional intervencionista llamado Regencia, los principales sucesos fueron la toma de Guadalajara, la rendición de Campeche, la ocupación de Aguascalientes y Zacatecas y otros lugares de grandes poblaciones.
La guerra a pesar de estar controlada no concluía, las victorias imperialistas eran más aparatosas que sólidas, ponderaban los generales franceses en sus partes oficiales las pérdidas que sufrían los jefes republicanos y al siguiente día aparecían éstos con el doble número de fuerzas y atacaban a los imperialistas dentro de las mismas poblaciones que aquellos creían haber conquistado.
TOMADO DEL LIBRO: “LOS MARTIRES DE URUAPAN, DEFENSORES DE LA PATRIA”,
AUTOR: Sergio Ramos Chávez