Se cumplió con tradicional  peregrinación de San Juan Se cumplió con tradicional peregrinación de San Juan

18:40:43 / 25/06/2013

Autor:

 

URUAPAN, MICH.- Al término de las festividades del barrio de San Juan Bautista, también conocido como San Juan Quemado, se cumplió con el tradicional recorrido o peregrinación, encabezada por el santo patrono, por varias calles y el centro de la ciudad donde bailaron al ritmo de diversas bandas de música tradicional y vestidos con atuendos típicos. Varios adolescentes y menores de edad, convirtieron aquello en una romería, donde ingirieron bebidas de moderación a discreción en plena vía pública, ante la nula vigilancia policiaca.

Aunque se trata de una festividad pagano religiosa de los barrios tradicionales de Uruapan, es cierto que a últimas fechas la peregrinación con el santo patrono y agradecimiento por las cosechas y el trabajo del año reciente, se ha desvirtuado; los jóvenes lo han tomado como cantina al aire libre, donde menores de edad ingieren bebidas embriagantes en plena vía pública y a plena luz de día, sin que nadie les diga nada.

El origen, la esencia y el culto al santo patrono se ha perdido y es tarea de los organizadores de las fiestas de los barrios, recatar y preservar estos rituales y que sigan siendo un espectáculo denigrante.

Sin embargo, hay algo rescatable, el colorido y alegría de los participantes que visten, bailan y respetan la tradición de nuestros ancestros purhépecha; los huanengos, los gabanes, camisas elaboradas a base de punto de cruz, los rebosos que con orgullo portan las mujeres. Itzel, quien a bordo de un carro alegórico, saluda por primera vez al pueblo de Uruapan, como Ireri del barrio de San Juan Bautista.

Hombres y mujeres que, altivos y orgullosos de lucen sus trajes purhépecha, llevan también al hombro un morral o en el brazo un canasto con maíz que lanzan por los aires, entre la muchedumbre que se ha dado cita, como una forma de agradecimiento a su santo

patrono y a la madre naturaleza, por la cosecha que ha sido abundante.

Adultos que visten a la vieja usanza a los niños que aprenden la danza de los kúrpites, del pescado o de los viejitos, al ritmo de una banda de música del corazón de la Meseta Purhépecha; los llevan de la mano o en brazos, son quienes habrán de preservar la tradición que data de más de 500 años y que está más viva que nunca.

Aquí, en los barrios tradicionales de Uruapan donde aún se elabora y consume el churipo acompañado de las corundas; donde el cohetero carga y lleva para todos lados su enorme carga de pólvora que lanzará hacia el cielo en señal de alegría, de fiesta.

Aunque las calles se llenan de destartalados juegos mecánicos que junto con sus vehículos tapan e impiden el libre tránsito, también es cierto que están adornadas las fachadas de las casas de papel picado color rojo y blanco; misas, bautizos y confirmaciones en la casa del santo patrón.

Expendios de bebidas embriagantes por doquier y a toda hora; aquí es raro ver algún inspector del ayuntamiento y la vigilancia de la policía municipal brilla por su ausencia. Durante el tradicional recorrido, se ingieren grandes cantidades de todo tipo de bebidas alcohólicas, a plena luz del día, en plena plaza y ni quien les diga nada. Total apatía. Pero en fin.