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Primero de septiembre, primero la patria.- Hoy domingo, el titular del Poder Ejecutivo de la Nación, depositado en el Presidente de la República; Enrique Peña Nieto; asistirá a la apertura de sesiones del Congreso de la Unión. No habrá lectura del informe que explica y detalla, lo que en tan solo nueve meses ha realizado en bien del pueblo. Eso sí, durante algunas semanas previas al informe, se estuvieron transmitiendo una serie de spots de la Presidencia, en los cuales se muestra a un Presidente muy sensible a la responsabilidad que se le ha otorgado, reconociendo la importancia histórica que es llevar la banda presidencial con gallardía, aporte y valor. Precisamente el Presidente Peña, para evitar molestos contratiempos, inoportunas interpelaciones o griterío de la “chusma opositora” decidió que al igual que sus predecesores Fox y Calderón, lo mejor es que se haga entrega simbólica en la sede del Congreso, del documento que contiene la “tarea del presidente” Mientras esos sucede, el país quiérase admitir o no, está a punto de un colapso, como se ha insistido en este espacio estimado lector, el sistema presidencialista, se acabó, ya no soporta los vaivenes de la democracia, no me refiero a la “democracia a la mexicana” sino a esa democracia del pueblo y para el pueblo. En cualquier rincón del país hay una reprobable pero real miseria, un abandono que duele, lastima y nos debería indignar; desafortunadamente no es así del todo, ya que se ha logrado por parte de las élites políticas, levantar muros que separan a los mexicanos, además de que logran cegarnos al grado de la indiferencia. Se acabó la felicidad que un sistema político está obligado a construir diariamente para sus gobernados; en México, el dolor como parte de esa “maldita cultura” del sacrificio antes que el cielo, ya no es suficiente para contener los gritos de ¡ya basta! El ritual del “día del Presidente” no puede ni debe volver, pero tampoco es necesario que el Presidente de la República para demostrar, coraje, mando, estatura política y liderazgo, caiga en la trampa del “canto de las sirenas” que nos pueden llevar a un muy hondo precipicio de violencia sin retorno. Por cierto, muy lamentable la decisión del Presidente colombiano Juan Manuel Santos, quien ante la incapacidad por evitar aplicar políticas desmanteladoras en regiones indígenas y campesinas, ha tomado la nefasta y autoritaria decisión, de sacar a los militares de sus cuarteles, militarizar Bogota y llevar a su pueblo a escenarios muy peligrosos. Ahora se han unido a los maltratados y empobrecidos manifestantes, cientos de productores, estudiantes y transportistas, exigiéndole al gobierno de Santos, mejores condiciones para laborar y estudiar. La matanza parece no se hará esperar. Las reformas educativas y energéticas que está empujando el Presidente Peña, pudieran en estos días mayores grupos opositores, la participación del Ing. Cárdenas en las protestas y por otro lado, la capacidad de despliegue y movilidad que demuestra la CNTE en la calles de la ciudad de México, harían pensar en la imposibilidad de creer que habrá los suficientes policías para frenarlos. No se pretende justificar ni al portador de un apellido ni a profes flojos. Lo que nos mueve es la razón antes que la pasión. El lunes desde los Pinos y ya no desde el campo militar # 1, el presidente dará su mensaje a través de la televisión y la radio. Esperamos un mensaje de concordia, que invite a una urgente tregua y no permita que se imponga la fuerza como medio para demostrar mando. A QUEMARROPA 1.- Ya hay pacto político en Michoacán, lo que hace falta es que los empresarios ahora se pongan a trabajar para que haya un pacto empresarial. |
