Protagonistas de la plástica en Uruapan
23:28:05 / 20/10/2013
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La Plástica moderna en Uruapan Al hablar sobre la historia moderna de la plástica en Uruapan, debe tomarse como punto de referencia a Manuel Ocaranza Hinojosa (Uruapan, 31 de julio de 1841- México, 2 de julio de 1882), quien al igual que Félix Parra, fue artista representativo de Michoacán al que el inminente literato, Ignacio M. Altamirano no vacilaba en juzgarlo como "uno de los pocos artistas verdaderos de genio en nuestro país, alumno de Pelegrín, Clavé, Santiago Rebull y Salomón Pina". Al parecer actualmente algunas de sus obras se encuentran en la Galería de Bellas Artes, antes de San Carlos; una de ellas se titula "Ahora o nunca", y es la relativa a la escena figurada donde la princesa de Salm Salm ruega a Juárez el indulto a Maximiliano de Habsburgo. En la cámara de diputados del congreso de Michoacán, situado en Morelia, está el retrato de Melchor Ocampo; y en el H. Ayuntamiento de Uruapan estuvo su "Autoretrato". Contamos con las obras populares suyas como: "Flor Marchita", "El Forey", "La Cuna Vacía", "Travesuras de Amor", "La Taza de Café", varios retratos como el dedicado a Vicente Riva Palacio, etc. También Celerino Gutiérrez, Silviano Rodríguez y Victoria Farías, nieta de don Ramón Farías, son tres personajes a quienes habría de estudiarse su obra, situados en la época del porfiriato y principios de la revolución mexicana, así como otros que el tiempo y la memoria han olvidado; pues si el legado de Ocaranza difícilmente lo podemos admirar (¡al menos su obra ya se encuentra catalogada!), con mayor razón es casi imposible conocer las pinturas o trabajos de algunos pintores de menor suerte. Lo que sí podemos determinar es que en realidad el origen del grabado y la plástica del Uruapan del siglo XX, no puede atribuírsele como iniciador al uruapense Manuel Pérez Coronado, mejor conocido como MAPECO, aunque sí se le debe considerar con toda justicia como el forjador, impulsor y líder de la formación artística de jóvenes creadores, de a mediados de ese siglo y hasta 1970; orientado por la enseñanza e iniciativa emprendedora de su gran maestro, el artista originario de Pátzcuaro, Alfredo Zalce. Por lo tanto, antes de referirnos al lugar especial que ocupa en Uruapan MAPECO en el fomento educativo, formativo y artístico, es preciso dar un reconocimiento a Zalce, quien justamente merece atribuírsele como el iniciador e influyente de la plástica en Uruapan, a quien -como suele ocurrir la mayor de las veces- desafortunadamente hasta nuestros días, ninguna autoridad de gobierno local o estatal, mucho menos de cultura de esta ciudad, le ha rendido un justo homenaje, ganado por el antecedente que aportó en Uruapan y la trascendencia que tuvo al ser el director de la primera escuela formal de arte en Uruapan y quien formó, motivo, impulsó y animó a MAPECO para que siguiera sus pasos, por medio de la creación de su propio taller, tal como veremos más adelante. La "Escuela Popular de Arte", el origen de la plástica en Uruapan A mediados de 1948 las oficinas de la Comisión del Río del Tepalcatepec ya se encontraban ubicadas en Uruapan, siendo su Vocal Ejecutivo, el General Lázaro Cárdenas del Río; quien desde hacía un año antes, estaba a cargo de dicha dependencia federal. Cabe decir que los trabajos de la Comisión resultaron muy benéficos para el desarrollo social, económico, educativo, en vías de comunicación y de salud de toda la zona que abarcaba dicho organismo, incluyendo, por supuesto, el municipio de Uruapan. En ese entonces, a propuesta del Vocal de la Comisión y la sugerencia de algunos colaboradores suyos, se planeaba crear en Uruapan un plantel escolar donde se fomentara el estudio teórico-práctico de las distintas manifestaciones artísticas, dirigido a la juventud de la ciudad, y similar a los que entonces existían en México y otras ciudades, dependientes de la Secretaría de Educación Pública. De acuerdo al testimonio oral del maestro Alfonso Villanueva Manzo (entrevistado en abril de 2009), fue en México donde Cárdenas sostuvo una entrevista con el grabador michoacano Alfredo Zalce, "a fin de invitarlo a trabajar en Uruapan para ocupar el cargo de director de una escuela de arte y pintura que la Comisión pretendía establecer, a través de las Misiones Culturales, siendo un espacio para el fomento artístico y el rescate de futuros talentos". Precisamente el Vocal Ejecutivo giró instrucciones al profesor Roberto Reyes Pérez, uno de sus más cercanos colaboradores y encomendado de los asuntos culturales de la Comisión; para que le diera seguimiento al proyecto de la escuela y mantener un diálogo abierto con el futuro director. Después de varias entrevistas, Reyes Pérez le expresó a Cárdenas que su amigo Zalce, a quien conociera hacía tiempo, en la famosa Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR); había aceptado la dirección, pues, además, de ser una forma de estar más cerca de su tierra, el proyecto al parecer era muy ambicioso y con gran futuro para su preparación personal. Sobre el año en que arrancó el proyecto, Zalce en un testimonio suyo, publicado en "Se llamó Lázaro Cárdenas" (CERMLC A.C., Grijalbo, 2ª edición, México, 2005), dice lo siguiente: "…En 1948 yo trabajaba en la organización de una escuela de pintura y grabado que formaba parte del proyecto Tepalcatepec que, en Michoacán, dirigía el General Lázaro Cárdenas...". Lo anterior coincide con la tercera y última parte de la entrevista publicada en "La Voz de Michoacán", en su edición matutina del 11 de mayo de 1996, cuando el entrevistador Leopoldo González Quintana, le pregunta al artista y escultor patzcuarense: "-Maestro, ¿cómo ocurrió su regreso a su estado natal?" A lo que responde Zalce: "Fue en 1948, después de haber terminado el último grabado que hice en el Distrito Federal llamado "México se convierte en una gran ciudad". Resulta que el general Cárdenas quería hacer una escuela en la ciudad de Uruapan, con la ayuda de un pintor michoacano. Entonces un amigo -Prof. Roberto Reyes Pérez- que trabajaba con él me ofreció la honrosa distinción, y me vine a Uruapan, Manuel Pérez Coronado, quien desde dos años atrás venía siendo mi alumno en la Academia de San Carlos, se vino conmigo y fue uno de mis ayudantes en la realización de esa y otras obras…" Sin embargo, hay que precisar que no fue sino hasta el siguiente año, cuando abriría sus puertas la escuela de arte. Referente a la iniciativa para fundar el taller, el profesor José María Paredes, otrora Cronista Oficial de la ciudad de Uruapan, en su obra impresa en 1986 "Uruapan en la Cultura.", al igual que MAPECO consideraba que más bien Reyes Pérez fue el de la idea de escoger a Alfredo Zalce para que se encargara de la dirección de la escuela que iba a establecerse en Uruapan, y que Cárdenas sólo aprobó ésta última. Un valioso documento, el "Álbum de Grabados del Taller Guadalupe Posada", publicado en Uruapan, en noviembre de 1955, nos permite vislumbrar aspectos sobre el año en que se fundó el taller donde participara Zalce como director. Es MAPECO, el que ubica su arribó y el de de su maestro a Uruapan: "En el año de 1949, llegó el maestro Zalce a esta ciudad, con las miras de establecer un Taller-Escuela de Artes Plásticas, invitado por el señor profesor Roberto Reyes Pérez, encargado en aquel entonces, como ahora (1955), de las cuestiones educativas de la Cuenca del Tepalcatepec". Pero, eso no es todo. También se dispone de otra referencia de MAPECO donde encontramos noticias del taller que habría de tener Zalce bajo su dirección. En otras palabras, existen fundamentos para definir que es a partir de los últimos meses de 1948 y mediados de 1949, cuando surgen grandes expectativas para el arte en Uruapan, como se dijo, una vez localizadas aquí las oficinas centrales de la Comisión de Tepalcatepec. Hay un dato muy interesante que sin duda define el origen de la plástica moderna en Uruapan, y que se encuentra en las publicaciones "Golondrina" y "Reflejos Estudiantiles", impresos en los primeros meses de 1948, que buscaban promover las manifestaciones e intelectuales de los estudiantes uruapenses. En ambos funge como responsable de la impresión MAPECO, y como sus colaboradores Luis Hernández Pacheco, Manuel Vega García y el profesor Juan Martínez Figueroa. El testimonio de MAPECO, se incluye en la obra del doctor Arturo Pérez Coronado (ARPECO) titulada: "La Intensidad de la Llama", publicada en 2011 por el COCIDECUR y que por su valor histórico lo transcribimos: "El Arte Brilla en Nuestra Provincia. Estamos a un paso de tener en nuestras manos una gran oportunidad, la de tener los instrumentos para realizar una obra magna, justificada, que antes no se había podido presentar. El arte en su extensión, un arte grandioso engendrado por un enorme sentimiento que sea flor y fruto de una de las más altas manifestaciones de la vida. Podemos asegurar que este proyecto es una realidad, ya que no existe obstáculo mayor que se interponga a esta cristalización. Realidad decimos, porque ya están entre nosotros dos grandes valores del arte nacional, que están dispuestos con mucho entusiasmo a emprender esta obra tan meritoria y laboriosa, que consiste en crear y dirigir un taller escuela donde se trabaje la técnica del grabado, el arte de la escultura y la pintura, los artistas son: el discutido y conocido grabador mexicano Alfredo Zalce y el gran escultor mexicano Francisco Zúñiga, quienes son maestros de la Escuela Nacional de Bellas Artes (artes plásticas). Los primeros y más difíciles pasos ya se están dando. El profesor Roberto Reyes Pérez, representante del sector educativo de la Cuenca de Tepalcatepec, ha sido el entusiasta animador de esta causa que tendrá como misión objetiva hacer obra social y consecuentemente cultural. Ahora ya está presente aquí la oportunidad que esperaban tantos jóvenes de nobles sentimientos y aspiraciones extraordinarias; para esto sólo es necesario llevar consigo bien asegurados el amor propio, la voluntad y la constancia. A este hermoso vergel lo hemos dejado un poco descuidado estéticamente. Y por lo mismo ya reclama jardineros que se preocupen de refinar su belleza. Ya pedía desesperadamente ver reflejada su imagen en un lienzo y verse poblada de muchas figuras encargadas de vigilar sus fuentes...lamentábase mucho de la falta de este teatro, que ahora ya se presentará al mundo bajo una forma diferente y elevada". En este mismo sentido, más tarde, gracias al hallazgo de una nota publicada en el semanario local uruapense "Crítica", en su edición número 400, de fecha 16 de julio de 1949, se puede confirmar y esclarecer que ya estaba por inaugurarse el taller-escuela que dirigiría Zalce: Por el interés para nuestro estudio, se trascribe toda la nota. "Tendremos una escuela de Artes Plásticas". "…dado el esfuerzo que viene desarrollando, en esta ciudad, la "Misión Cultural" jefaturada por la maestra Concha Michel. Es un hecho plausible por todos los conceptos, el establecimiento formal de una Escuela de Artes Plásticas, que estará bajo la atinada dirección del eminente pintor, profesor Alfredo Zalce, quien en una forma desinteresada, trata de impulsar en esta región, la enseñanza en general de las Bellas Artes. En este centro educativo, en donde se dará albergue a la juventud comprendida entre los quince y los veinte años…Se hacen activas gestiones para una finca ad-hoc, habiéndose fijado ya, en la que se encuentra ubicada en la primera calle de California, Colonia Ramón Farías, están de plácemes por el hecho singular de que la finca en cuestión es destinada actualmente para cosa Non Santa, por lo que una vez transformada en un templo del saber, cesarán, en consecuencia, el sinnúmero de escándalos que por una razón muy natural, persistentemente siembran el pavor del vecindario. Con esta labor de intensificar la cultura popular en nuestro medio, que es del todo benéfica, tanto el Comité Cultural de Uruapan, que preside el señor Carlos Marín, como los vecinos de la Colonia Farías, nos han manifestado que insistirán ante las autoridades municipales y de educación para que no cesen en su intento de adquirir el local ya mencionado..." (Aquí termina la nota). Conviene aclarar que al final, a pesar de las grandes esperanzas que había para el plantel educativo, la escuela funcionó muy poco tiempo, a lo mucho 14 meses. Sin embargo fue el primer centro escolar de arte que se abriera en la historia contemporánea de Uruapan. Y es que el entusiasmo del maestro Zalce fue tal que, contando con grandes posibilidades de proyectar su obra a pasos agigantados en la capital mexicana y el extranjero, decidió trasladarse al vergel michoacano, e invitar, a su vez, a su alumno de pintura, el uruapense Manuel Pérez Coronado, que para entonces contaba con 20 años, con el fin de que formara parte del proyecto surgido bajo la supervisión de Misiones Culturales. Dicho sea de paso, para entonces Zalce era un artista reconocido, de extraordinarios méritos. Ya había sido profesor de pintura en la UNAM y en algunas escuelas dependientes de la Secretaría de Educación. Incluso, según señala en la citada entrevista concebida a Gonzalez Quintana, fue ese 1948 cuando Fernando Gamboa, coordinador del decorado artístico del Centro Médico Nacional, le solicitó que "le hiciera el diseño de las esculturas, Y se las hice. Fueromn las primeras que hice en mi vida". No está por demás dar a conocer una opinión que nos habla en relación a su personalidad creativa. Según refería aquel 1948, Enrique F. Gual: "sus dibujos, grabados y litografías en proporción son de soberbia calidad; es uno de los artistas jóvenes de México de excelente cualidad e impresión manifiesta de arte". Sobre una exposición realizada en la Sala de la Estampa, del Museo Nacional de Artes Plásticas, en febrero de 1948, Gual advierte: "Del primero al último grabado -y en las distintas técnicas expuestas- el artista no cede un ápice en la obtención de valores. Cada uno de ellos equivale a una magnífica obra, expresada en un mismo nivel técnico, excelente". La crítica de Gual es elogiosa para el artista michoacano, pues expresa que su trabajo: "es emotivo, su espíritu está plasmado en los trazos. Es un buen grabador y está comprometido con el significado social del arte: se inclina a estudiar las radiografías populares en que prevalece el dolor, y la protesta y que, a lo sumo, brinda la única satisfacción del deber cumplido, un deber de artista para con sus desvalidos semejantes". Concluye el crítico de arte: "Es un artista que en todos sus temas expresa el mismo punto de partida humano, y como nada falso exige en él, todo lo que realiza se empeña de la misma calidad, que insistimos, es extraordinaria". Tal era su carta presentación. Sin embargo, con toda su trayectoria artística y sobrado talento, su estancia en Uruapan habría de ser más breve de lo que él mismo pensaba. Pero debemos aclarar y reconocer que el antecedente ahí se encuentra, bien debe decirse que gracias a Zalce, y porsteriormente a MAPECO, hasta la fecha se goza de prestigio regional y hasta nacional en cuanto a pintura y escultura que se crea y produce en el vergel michoacano. Dicho de otro modo, la "Escuela Popular de Arte" -como oficialmente se llamó- abrió sus puertas al joven estudiantado de Uruapan, siendo su director fundador Alfredo Zalce y en cuanto a su ubicación, conforme explica Francisco Moreno Duarte, un alumno de MAPECO, el centro del saber artístico se ubicó en otro lugar del que se había escogido: "No se estableció donde originalmente se planeaba, sino en la Avenida Sarabia, cerca de la glorieta donde está el monumento al General Lázaro Cárdenas". Vale la pena agregar que el plantel, de acuerdo a lo convenido, sería auspiciado y los gastos correrían a cargo de la Comisión del Tepalcatepec. Sin embargo, Villanueva Manzo sostiene que "hasta Zalce tuvo que poner de su dinero para el sustento del taller", y que "para sobrevivir en la escuela se dedicaba, junto con sus alumnos, a hacer carteles, propaganda comercial y trabajos particulares". Lo realizado de la que sería la primera escuela de artes en Uruapan en el siglo XX, se firmaba como "Taller de Artes Plásticas" y en otras ocasiones como: "Escuela Popular de Arte". La realidad de las cosas fue que pasaron días y meses y los recursos prometidos por el gobierno federal no llegaban, lo que desesperaba a Zalce y a los alumnos de nuevo ingreso, incluido su ayudante MAPECO. A propósito, al parecer no existe la lista o el número de pupilos que asistieron a la escuela de Zalce, pues no se pudieron localizar documentos que nos apoyen en este sentido. Por esas circunstancias, puede asegurase que han quedado perdidos los nombres de aquellos pequeños y jóvenes uruapenses que ingresaron al primer taller de grabado y pintura que habría de fundarse en esta ciudad. El poco éxito de la escuela tiene su triste justificante, pues como suele pasar -y sigue pasando-, los proyectos culturales y de reciente creación, los innovadores, los que dependen económicamente de las decisiones gubernamentales, la gran mayoría de las veces son truncados por la insensibilidad que aquellos funcionarios tienen en sus manos la decisión de apoyar las nobles iniciativas, ejemplos sobran y los talentos se pierden. Así le pasó a Zalce quien en gran medida, con toda su voluntad, aportó su tiempo, su conocimiento, su esfuerzo, su dinero, a una noble causa: el estudio y aprendizaje del arte entre la juventud de Uruapan. Pues cuando acabó con su capital y no dispuso de los recursos económicos mínimos para los gastos del taller, decidió concluir el proyecto de la Comisión y buscar nuevos horizontes. "Ya en 1950, decidí quedarme a vivir en Morelia", Zalce le dice a González. Al respecto, MAPECO en uno de sus escritos expresa: "No sé porqué circunstancias no se pudo establecer bien la escuela, y el maestro se prefirió ir a Morelia". Incluso ante la proximidad de las fiestas patrias de aquél 1949, MAPECO reclamaba la indiferencia de las autoridades locales, quienes habían prometido un respaldo económico destinado a la novel escuela: "de una cosa sí me pude enterar; ese año se gastó más en un carro alegórico que el presupuesto necesario para la construcción del pequeño local para el arte". A pesar de todo y contra las adversidades, el profesor Gaspar Castro, alumno de MAPECO, en una entrevista reciente (2010), recuerda que Zalce continuó en contacto con Uruapan, pues después de que dejara de funcionar el taller, "junto con MAPECO organizaron, entre 1951 y 1952, un taller de pintura al aire libre, que lo hacían en la plaza monumental de Uruapan, a través del llamado "Jardín del Arte", actividad que, a pesar de su innovación, duró tan solo algunos meses". Sin embargo, aún en el breve tiempo que estuvo en servicio el "Taller de Artes Plásticas", éste logró nobles frutos, pues a pesar del poco interés del gobierno y la falta de promoción del plantel, el pintor michoacano y sus pupilos elaboraron obra en grabado y pintura. En esa corta época él mismo Zalce hizo un magnífico retrato de Benito Juárez y un mural en el interior del Hospital Civil de Uruapan "Dr. J. Jesús Silva", en el cual aparece un detalle del antiguo Hospital de Indios de Uruapan, mejor conocido como Huatapera, además de la figura del misionero franciscano, a quien se le atribuye la fundación hispánica de Uruapan en 1533, Fray Juan de San Miguel, junto con varios indígenas del antiguo pueblo tarasco: Uruapan. En resumen, la escuela duró aproximadamente un año, pero a pesar de su efímera existencia, el "Proyecto Zalce", se convertiría en el verdadero cimiento de las artes plásticas en Uruapan; al ser 1948, el año de los preparativos para la creación de la escuela y el siguiente, el año del nacimiento la plástica y el grabado en Uruapan. Olvidaba recalcar que, ARPECO, en la obra citada en los párrafos anteriores, afirma que para el establecimiento de la escuela, el responsable directo fue el maestro Roberto Reyes Pérez, y que MAPECO había sido invitado por Zalce a este taller "estaban dadas las condiciones para dar a conocer a nuestro pueblo mediante las artes visuales los valores históricos y culturales de nuestro país". Y a pesar de los pocos meses que estuvo en servicio la escuela "ya instalado el maestro Zalce, en su taller de la Avenida Francisco Sarabia le visitamos con frecuencia, y ahí fuimos enterados de su obra conociendo a sus extraordinarios amigos: Juan de la Cabada, Ignacio Aguirre, Erasmo Cortés y Pablo O´Higgings… todos ellos fueron fundadores del grupo denominado "Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios" (LEAR), identificados plenamente con el movimiento revolucionario de Lázaro Cárdenas, durante los años 30´s." Luego ARJUPE agrega que por razones de las cuales no deseaba opinar, "Zalce dejó Uruapan en el año de 1950, trasladándose a Morelia, Michoacán, estableció su nuevo taller de la escuela Técnica Industrial Alvaro Obregón, edificio que ahora se conoce como Palacio Clavijero". Así el maestro michoacano ocupó el cargo de Director de la Escuela Popular de Bellas artes, de la Universidad Michoacana. Al partir Zalce a la ciudad de la cantera rosa, la escuela de Uruapan fue cerrada y con ello concluyó el primer paso, el más difícil, el más crítico, para el establecimiento de un centro escolar para el fomento del arte y la plástica. Es muy seguro que la burocracia e indiferencia de la Comisión del Tepalcatepec y de paso las autoridades estatales y locales, fueron la causa de la decisión del artista michoacano para abandonar Uruapan. Pasarían alredededor de tres años más para que otro proyecto escolar, a iniciativa del mismo Alfredo Zalce y puesto en práctica por su colaborador MAPECO, se creara en Uruapan, siendo el surgimiento de una escuela independiente, la cual acertadamente habría de llamarse: Taller Escuela de Artes Plásticas "José Guadalupe Posada". |