Aniversario del Paríkutin Aniversario del Paríkutin

19:40:47 / 20/02/2014

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ZACÁN, MICH.- El sábado 20 de febrero de 1943, nació el volcán Paríkutini (ir al otro lado, en puhépecha), en un predio llamado Cuyútziro (Aguililla), donde sembraba maíz el indígena Dionisio Pulido, originario del poblado Paríkutin; a partir de entonces, la vida cambió radicalmente para cientos de miles de personas, y una nueva historia comenzó a escribirse en esa región.

La erupción del volcán atrajo a todo tipo de gente, entre ellos el escritor José Revueltas, quien dejó este testimonio: Dionisio Pulido, es la única persona en el mundo, que puede jactarse de ser propietario de un volcán, pero no es dueño de nada; su tierra donde labraba ha muerto bajo la arena, bajo el fuego del monstruo volcánico.

A partir de entonces, miles de indígenas damnificados abandonaron sus hogares de poblados como Parangaricutiro, Zacán, Zirosto y Angahuan; muchos ya no regresaron. Sus hogares y sus ejidos quedaron sepultados bajo la arena que arrojó el volcán, en un radio de 40 kilómetros a la redonda; no había medios de subsistencia.

En el año de 1944, el presidente municipal de Parangaricutiro, Miguel Antolino, pide al gobernador de Michoacán, Félix Ireta Alas, consiguiera un permiso para emigrar como “braceros” a los Estados Unidos de Norteamérica. Muchos lo hicieron.

El primero de abril, el presidente Lázaro Cárdenas del Río visita la región y escribe lo siguiente: “En auto de Uruapan a Capacuaro, San Juan Parangaricutiro, volcán Parícutin, Corupo, San Felipe de Los Herreros y Paracho. Recorrido por la sierra. Criminal explotación de la riqueza forestal. Sensibilidad del pueblo indígena. Su pobreza. Su abandono. Lo lejano aún de su elevación educativa y económica”.

La erupción del volcán Paríkutin marcó la fecha del inicio de una nueva época dolorosa en el desarrollo de las comunidades de la región; ello se muestra en los cantos de los juglares indígenas, los pireris, que entonaron el tenor de sus lamentos, buscando explicaciones o respuestas divinas a su nacimiento.

Los animales murieron, las tierras quedaron enterradas bajo la arena volcánica; las casas se destruyeron bajo el peso de la misma arena y el abandono de sus habitantes, y al no haber comida, ni manera de sobrevivir, las personas emigraron a lo que ahora es Nuevo San Juan Parangaricutiro y San Salvador Combutzio, también conocido como Caltzontzin.