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Cuando el Festival Internacional de Cine de Morelia se realiza, la ciudad se transforma de manera misteriosa en un mar de euforias, emociones y perfiles de Facebook llenos de fotos de morelianos abrazando a actores y directores famosos (aunque ellos no sepan quienes son), incluso en ocasiones me recuerda aquel capitulo de los Simpsons donde “El crítico” acude al Festival local de sprinfield. Vale la pena mencionar, que justo en la semana en la que anualmente las celebraciones del festival, los nativos michoacanos asistentes, se transforman en cultos cinéfilos con gargantas dispuestas a limosnear alcohol y otras curiosidades que se ofrecen en el vasto menú de los afters realizados en las casas de algunos ciudadanos pirruris, que generosamente prestan sus casas según quesque pa´apoyar la noble causa cinematográfica. Le comenzé a dar seguimiento a lo acontecido en el FICM, después de enterarme del decadente discurso dado por el Gobernador de mi tierra natal, donde mencionaba que el cine es estratégico para Michoacán por que nos ayuda a conocer mejor nuestra identidad y a reflexionar sobre todas nuestras realidades, las buenas y las malas, afirmando que “su gobierno” ha emprendido acciones para apoyar las artes en el estado, dato seguramente habrá que corroborar con los cientos de artístas de la localidad, que si hacen la cultura. A ocho años de lo que parece ser mas “La fiesta del pueblo”, se sigue confirmando que hay muchas cosas por que trabajar en pro del festival, entre ellos la cobertura informativa donde la prensa nacional tuvo la mayor parte de los accesos, lo que me recuerda: ¿Qué no deberían de darle oportunidad de cobertura a los medios locales?, ¿Qué no se supone que el festival es “de Morelia”?. La crítica de varios sectores de la industrica cinematográfica por la falta de atención y coordinación se notó demasido, donde llama la atención incluso la denuncia en los medios del delegado general de la Semana de la Crítica del Festival de Cine de Cannes, por que el staff no encontraba su acreditación, haciendolo esperar mas de 40 minutos hasta que porfin alguien se la entregó. El plato fuerte del menú fué la inauguración-presentación de Biutiful, la cual como era de esperarse tuvo a la chamacada enjundiosa, los cuales por un autógrafo de Javier Bardem se empujaban como si fueran rosados porcinos arriba del camión que va directo al matadero. Las notas informativas hablaron sobre lo acontecido, pero no falto aquel que escribió que González Iñarritu se mostró como el autor-realizador de un cine terrestre producido por ángeles, y como dijera mi querido Gabo Vázquez, se puso “pior con acento en la r”, ya que al final remató: Biutiful Festival nuestro de cada año ¡Nunca te acabes! Al ver esas palabras casi se me sale la lagrimita, ya que no sabía si esas eran palabras escritas desde lo mas profundo del corazon o desde lo mas profundo de sus dos mejillas, lo que si creo es que esa crónica pudo ser un trabajo periodístico de alto nivel, pero parecia todo menos eso. La presencia de Terry Gilliam, Ofelia Medina, Damian Alcazar, Javier Cossio fueron sin duda elementos que nivelaron las actividades del FICM y por supuesto las anuales competencias de cortometraje y documental mexicano que aunque los niños ricos dueños juguete se empeñen en decir que les importa, la realidad es que no es su prioridad. Actividades como el Foro de Cine y Revolución, la extensión de Cine sin fronteras, el programa de las impresindibles de Monsiváis, las secuencias de los hermanos Alva, el homenaje a la Filmoteca de la UNAM, la presentación de Ana de Carlos Carrera, el regreso de Sarah Minter (ojo videoartistas de la EPBA) y las proyecciones de Borrar con la memoria, Blattangelus, Fanny para siempre, Barrios, beats y sangre, Acorazado y Ni una gota mas, del biólogo Antonio Garcés, fueron sin duda actividades que no estaban en el plan de difusión de los medios informativos dentro de las actividades del Festival del Caos, como atinadamente lo llamo Mister Bestia y su brigada 666 de la Jornada Michoacán Al final esperaba que saliera ganona la Miller, pero los jueces determinaron otra cosa y en los michoacanos sorprendió que este año ni Pavel Rodríguez, ni Raúl Máximo, ni Dominique Jornard fueran premidados, lo cual si yo fuera ellos repensaria mi participación el proximo año despues de ocho años de constante participación con talento se hace evidente una exclusión de parte de los organizadores. Importante por cierto es mencionar, la presencia de Kristoff quien dio “recomendaciones cinematográficas”, la caminada de René Franco por la alfombra roja o Diego Luna ardido por que “el Benny y el cochiloco” fueron mayor sensación que el y su look de Jhony Depp y bueno, que decir de Tarantino que al estar en la ciudad de las canteras rosas se lanzó a pie desde su hotel hasta la sede del festival. Pobrecito, estaba solo a tres cuadras de distancia, pero bueno así son los “Celebs” Saldo final: Un festival que a 8 emisiones recibe felicitaciones de mas por un trabajo que sigue carente de calidad, un gremio de realizadores nacionales inconformes por las malatenciones y una veintena de videoastas perdon, cineastas michoacanos que seguramente ya están haciendo mi calaverita para las celebraciones del Día de Muertos por mis burdos comentarios. Soy Zimón Avellaneda envidiando una sola cosa al FICM: La visita del señor Danny Trejo. Nos vemos la próxima semana. [email protected] |
