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Ayer el Poder Ejecutivo entregó al Poder Legislativo el informe de gobierno como lo marca nuestra Constitución Política. En el pasado era el día del presidente, el Congreso se convertía en la oficialía de partes y en el aplausómetro que celebraba cada palabra emitida desde el jefe de estado. En años recientes se convirtió en el momento de la recriminación de la oposición al presidente, quizás por la falta de diálogo entre poderes o por la nueva visión de la democracia pero el titular del ejecutivo no veía ni escuchaba a los legisladores, por lo menos en el caso de Vicente Fox y Felipe Calderón. Hoy día el informe es tan sólo un acto protocolario seguido por una reunión con promotores del gobierno en turno. Ahora bien, vale la pena revisar los diarios, escuchar los espacios informativos en radio y televisión desde hoy y durante el resto de la semana. Analistas se convierten en voceros del gobierno, otros en sus máximos detractores, en muchos casos no es el análisis en sí lo que priva sino las intenciones de cada analista. Hay quienes de forma gratuita –o pagada—se dedican a llenar espacios de opinión y análisis como promotores políticos, otros más los llenan como detractores, igual de irracionales los unos que los otros. Lo último que les importa a estos personajes es el ciudadano, sus mensajes tienen otro fin, que el político, el partido o su grupo les den mérito por la defensa o ataque que férreamente han realizado disfrazándolo de opinión imparcial. El país vive situaciones complejas, con este tipo de “análisis” el ambiente se vuelve más complicado porque esas palabras huecas llenan de ignorancia y polarizan a la gente. Bajo ninguna circunstancia se trata de censura a nadie, sólo darnos cuenta de quién escribe con la pluma cargada y quién con la visión ciudadana, eso es todo. JOSÉ ANTONIO LÓPEZ SOSA www.lopezsosa.com [email protected] twitter: @joseantonio1977 Foto: Maya Comunicaciones |
