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Hay quienes están de acuerdo o no con la forma de hacer periodismo de Carmen Aristegui, lo que no se puede negar es la valentía y honestidad con la que se conduce en esta fangosa profesión. Desde mi perspectiva Aristegui es la periodista más valiente de nuestro país. La historia nos muestra que en México, el tratar de realizar periodismo independiente y crítico no es el camino para una vida cómoda y tampoco para tener un espacio seguro y respaldado por algún medio de comunicación. A pesar que diversas voces insistan en que la relación de Carmen Aristegui y la empresa MVS se trata de un asunto entre particulares, no podemos ocultar el interés público que existe al tratarse de un noticiario radiofónico (el de más audiencia en el país) y de los asuntos que se han ventilado desde esos micrófonos. Los concesionarios que pretenden hacer periodismo en sus espacios, están sujetos a ese interés público que va de la mano con el interés empresarial, de lo contrario pueden dedicarse a cualquier otro rubro de comunicación. Con los hechos que concluyeron con la salida de Carmen Aristegui de MVS Radio el día de ayer, se marca un nuevo capítulo de la difícil relación entre concesionarios y periodistas, de ese modelo desgastado donde el periodista para subsistir, debe ajustarse a intereses de todo tipo (propios y ajenos), convirtiendo al periodismo como un mero ejercicio de relaciones públicas y comerciales. No hay malos ni buenos, no hay negros ni blancos, simplemente hay hechos concretos: sale del aire la periodista –y su equipo—que puso en la agenda nacional los escándalos de corrupción más graves de los últimos 3 años. Perdemos todos porque cada que se cierra un espacio de libertad en los medios de comunicación, el retroceso es para el gremio periodístico en general. Quien se niega a entrarle al debate insiste en las relaciones entre particulares o bien, en los derechos empresariales. Si los hechos son así como MVS los ha presentado, todo indica que se han dado un balazo en el pie, aunque es dificil creer que un concesionario atente contra sus propios intereses, por lo que la intuición nos arroja otros intereses meta periodísticos, algo que va más allá de la indignación corporativa por ver su nombre en la página de México Leaks. Es curioso observar que MVS decidió tener un defensor de la audiencia, el reconocido Gabriel Sosa Plata y que, en el momento que se requería su clara intervención, la misma empresa le ignoró al tomar las decisiones que todos conocemos. ¿Habrá vuelta atrás?, ya dos veces es complicado, más no imposible. ¿Quién gana y quien pierde?, perdemos todos y gana, aún no entiendo quien puede creer que ganó con una circunstancia de este calibre. Toda mi solidaridad y admiración a Carmen Aristegui. JOSÉ ANTONIO LÓPEZ SOSA [email protected] www.lopezsosa.com twitter: @joseantonio1977 |
