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Ya tuvimos un funcionario bravucón que nunca reconoció un error y que al final del día, lo cesaron sacándolo por la puerta de atrás. Sí, estoy hablando de Fernando Gómez Mont, ex secretario de gobernación que durante su gestión no hizo más que firmar acuerdos en lo oscurito y retar a adversarios y criminales a cosas que no le correspondía retar, así el entonces responsable de la política interna del país demostró ser un digno representante más de la corriente panista en Los Pinos, esa que rige nuestros destinos desde el año 2000. Humberto Moreira tiró la gubernatura de Coahuila por venir a dirigir el PRI, no le importaron los electores que votaron para que él gobernara por seis años dicha entidad, al parecer su proyecto político personal es mucho más importante y así como Calderón sacó de escena a Gómez Mont, Moreira botó a sus electores. Ahora bien, independientemente del origen político de Moreira antes de llegar a la dirigencia nacional del PRI, desde que tomó las riendas pareciera que estamos frente a la nueva versión priísta de Gómez Mont, ya les llamo “ninis” a los miembros del gabinete y al parecer, este es el inicio de una serie de confrontaciones por no querer reconocer una verdad: que con el viejo PRI vivíamos en un autoritarismo corrupto que perduró por más de 7 décadas. No estoy de acuerdo con que el PAN haya traído la democracia a México, creo que la democracia la trajimos los ciudadanos, la forjaron miles de luchadores sociales a lo largo del siglo XX y por coincidencia de tiempo y espacio, le tocó a Acción Nacional ser actor de dicha alternancia, misma que han desaprovechado en los últimos diez años. No podemos tampoco decir que el PRD resulta nuestra opción democrática, en sus cotos de poder también ha demostrado ser igual o más autoritarios que el PRI en su época dorada. Regresando al tema inicial, el señor Moreira llega tras echar por la borda una gubernatura a confrontar, a defender una honra que avergüenza dentro del PRI. Este partido debiera trabajar en una verdadera reconstrucción interna, en realmente convertirse en un nuevo PRI (que no llega) más allá de ofenderse cada que le señalen verdades del pasado que son por demás innegables. El PRI hoy día no tiene nada que presumir, lo mismo que el PRD y mucho menos el PAN, menos aún cualquiera de los partidos políticos pequeños que se dedican por lo regular a vivir de las alianzas. Finalmente, esperemos que el ánimo de Moreira cambie, lo último que necesitamos es otro Gómez Mont ahora montado en la silla de la dirigencia partidista del PRI. Me imagino que debe ser difícil cambiar de formas cuando alguien se desarrolló en el seno de un partido antidemocrático y autoritario, pero con sensibilidad política y análisis es posible. En sus manos está. JOSÉ ANTONIO LÓPEZ SOSA www.perspectivaradio.com.mx [email protected] |
