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Pasillos que caminó el Padre de la Patria, Miguel Hidalgo y Costilla. Libros de la ilustración que encendieron las ideas libertarias del Siervo de la Nación, Don José María Morelos y Pavón. El corazón del Filósofo de la Reforma, Melchor Ocampo. Aula Mater, crisol de las ideas. Lecciones de Eli de Gortari y María Zambrano. Aulas del Consejo Estudiantil Nicolaita, dirigido por Efrén Capiz Villegas y la lucha contra la invasión del ejército y Arriaga Rivera. Ilustre Colegio de San Nicolás de Hidalgo, corazón del México libertario y hoy testigo de la entrega de doctorados a personalidades de la academia, creación, trayectoria y autonomía universitaria. Y sólo por hoy, en el tradicional segundo patio se instaló el Presidium del lado izquierdo. Espacio de lucha y combate ideológico. Ahí hablo fuerte, el rector más joven de México, Natalio Vázquez Pallares y también en su momento, el Subcomandante Marcos, con su pasamontañas y pipa en mano. Los jóvenes en los ocho de mayo se disputaban la tribuna y en diversas ocasiones se dio el enfrentamiento. El espacio de esta tarde de martes 13, mostraba otro rostro, el del reconocimiento y así fue. Correspondió al actual Rector Medardo Serna, destacar las trayectorias de quienes se hacían merecedores al Doctorado Honoris Causa, el galardón que expresa un reconocimiento nicolaita a la trayectoria, tanto en la academia, como en el mundo de las ideas y la creación. Ahí, entre los asistentes destacaban, exrectores como Jaime Hernández Díaz, Leonel Muñoz, Cuauhtémoc Olmedo, catedráticos, estudiantes, funcionarios públicos, dirigentes políticos, michoacanos y michoacanas que acudían para conocer a los recipiendarios, saludarles de primera mano e incluso darles un abrazo fraterno por el logro. Entre el negro y el blanco, colores elegantes y pulcros, vestidos para la ocasión, estaban, la escritora Elena Poniatowska, el Rector de la UNAM José Narro Robles, el investigador Antonio Lazcano Araujo y el ícono de la lucha democrática en América Latina, Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. En su momento, Elena Poniatowska, autora de la popular obra " La Noche de Tlatelolco " y una cuarentena más de libros, expresó su agradecimiento y afirmó que representa, darle voz a los sin voz, a los olvidados, invisibles del mundo cotidiano. Cuando el pueblo habla se estreme el opresor, refirió. Más adelante, también haría uso de la palabra,el aún rector de la Universidad Nacional Autónoma de Mexico, José Narro Robles, siempre consecuente en la defensa por la Autonomía Universitaria. Narrro indicó que, es necesario seguir conquistando espacios para la educación en la República, sólo así saldremos del atraso y se podrá combatir en términos reales la inseguridad. Después hablaría el investigador Antonio Lazcano Araujo, quien muy firme y claro arrancó aplausos del auditorio cuando expreso, " voy a romper el protocolo, nos faltan 43 " y así continuó su intervención, cercana a la academia y también a la solidaridad social. El biólogo que trabaja en la NASA y esta más cerca de la tierra. Y concluyó el evento con la participación del Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, quien cursó la preparatoria en el Colegio de San Nicolás y ha sido en las últimas décadas el icono de la lucha democrática en América Latina. Ahí escuchaban atentos, Guillermo Rizo, Antonio Martínez, la esposa de Francisco Xavier Ovando, Armando Machorro Arenas, Enrique Bautista Villegas, Mary Cruz Campos. Y el hijo del General de América, volvió a insistir en luchar por construir un México más democrático.Ya anochecía y el ingeniero Cárdenas arengaba en que había que seguir prendiendo las luces de la esperanza de un pueblo dispuesto al cambio. Y fue una tarde de entrega de doctorados, y seguramente la señal de que en la Universidad Michoacana se avanza con paso, entre la academia y la comunidad. Entre el reconociendo y la nobleza que obliga. |
