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Andrés Manuel López Obrador es un político controvertido que genera polémica, muchos están de acuerdo con él y otros muchos en completo desacuerdo con su trayectoria, sus formas y sus fondos. Un buen sector del periodismo nacional tiene por vocación o por encargo criticar férreamente (a veces con sustento, a veces sin él) lo que haga dentro y fuera de la vida pública. Se puede estar de acuerdo o no con López Obrador, para efecto de esta columna es irrelevante pues me quiero referir ahora a otro tema, el que tiene que ver con la congruencia política de una persona como Andrés Manuel. La licencia que solicita a su partido, el de la Revolución Democrática, se da ante una posible alianza de este con el Partido Acción Nacional (PAN) en vísperas de la elección para gobernador en el Estado de México, ello me parece un acto que demuestra congruencia política, fue el PAN el adversario de López Obrador (y el PRD) en la elección de 2006 que concluyó con la decisión de un tribunal, desde el PAN se le acusó a López Obrador de ser un peligro para México (de hecho el presidente Calderón lo ratificó hace poco en una entrevista radiofónica), en fin, son muchas circunstancias que hacen poco probable que Andrés Manuel López Obrador pudiera realizar su activismo político de mano del PAN. Evidentemente López Obrador no es el PRD, tampoco el PRD es López Obrador y la cisma es consecuente con la política de alianzas PAN-PRD en algunos estados. Destaco pues la congruencia de un político –nos guste o no—ante los hechos y las circunstancias. Ahora bien, más allá de la salida o entrada de López Obrador al PRD, este partido ha mutado y ha dejado de representar a la izquierda del país. No creo tampoco que el PT sea hoy día el heredero de la lucha de la izquierda mexicana, me parece que ningún partido responde a la necesidad de una izquierda moderada y vanguardista, los gobiernos perredistas son de izquierda en el discurso y en la praxis se sientan en la misma silla que los priístas y panistas, esa es la realidad. El futuro del PRD es incierto y no por la licencia pedida por López Obrador, ese futuro se augura desde las cismas internas y la lucha encarnizada por el poder político que sus militantes denotan. Finalmente, hablando del tema y en víspera de la pasarela de precandidatos (en lo que se refiere al movimiento de López Obrador), ¿por qué no darle opción a un liderazgo nuevo rumbo a 2012?, ¿por qué insiste en ser AMLO candidato?, ¿no hay nuevos liderazgos en la izquierda mexicana? (y hablo de nuevos liderazgos, no me refiero a Marcelo Ebrard). JOSÉ ANTONIO LÓPEZ SOSA www.perspectivaradio.com.mx [email protected] |
