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El abuso bajo el amparo de la ley que cometen las compañías de seguros resulta un tema común para todos, ¿quién no conoce a alguien víctima de alguna aseguradora en México?, en esta ocasión me referiré en lo particular a la operada por Banorte. Si usted sufre algún accidente automovilístico –por menor que este sea—y requiere atención médica, evidentemente la aseguradora es responsable de tal rubro, sea usted el asegurado o un tercero afectado. En ese caso se ofrecen una gama de opciones médicas para que el lesionado asista y reciba atención. Dentro de las muchas opciones hay una llamada “Médica Vial”, cuyo nombre nos dice ser especialista en atención a lesionados en accidentes automovilísticos. Llega usted y es atendido pues tienen el servicio las 24 horas los 365 días del año, es ahí precisamente donde comienzan los abusos y las imprecisiones. El médico que le atienda con base en el expediente iniciado por el ajustador (quien estuvo en el siniestro por parte de la aseguradora), de esta forma y tras algunas preguntas se determina si requiere una radiografía o algún otro estudio. En ese momento se llevan al cabo y en unos minutos el médico tratante tiene inclusive las placas o resultados. Con un “speech” aprendido que pareciera más bien una escaleta radiofónica, el médico explica los tipos de lesiones que se sufren en los accidentes automovilísticos, desde los más simples hasta los más complejos. En cosa de minutos el médico llega al diagnóstico final, elabora una receta médica y le da instrucciones al paciente. Hasta aquí todo pareciera ir de acuerdo a las necesidades del lesionado, sólo que llega entonces un pequeño detalle, los resultados de los estudios y/o radiografías son propiedad de la empresa médica y la aseguradora y no pueden ser entregadas al lesionado. ¡Qué cosa!, resulta que el lesionado tiene que confiar obligatoriamente en el médico de guardia o turno, porque no es posible que con los estudios pueda por su cuenta pedir otra opinión, algo que me parece alevoso y abusivo. Por otro lado, jamás se entrega al lesionado un diagnóstico por escrito, sólo se otorga una receta médica y las medicinas conducentes, pero la lesión y diagnóstico solamente es platicada por el médico, de esta forma el lesionado sale con un discurso médico por enfrente y sin diagnóstico escrito alguno que pueda se garantía del supuesto estudio profesional que se está llevando al cabo. ¿Por qué la voracidad empresarial en las compañías de seguros y las empresas que les prestan servicios médicos como el caso de Médica Vial?, ¿por qué no ser transparentes con el asegurado o lesionado al respecto?, ¿estos médicos, ajustadores y directivos tienen clientes o entes de consumo? Finalmente, no le queda al lesionado más que confiar en un médico completamente desconocido y escuchar un diagnóstico verbal que de ninguna forma, puede comparar con algún médico de su confianza. Así son las cosas en México, ¿qué tal? JOSÉ ANTONIO LÓPEZ SOSA www.perspectivaradio.com.mx [email protected] |
