Democracia. ¿la mejor forma de gobierno? Democracia. ¿la mejor forma de gobierno?

20:07:27 / 22/12/2016

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En este año que concluye, la democracia nos ha dado grandes sorpresas tanto a

nivel local como a nivel mundial. Primeramente podemos hablar del multicitado

Brexit, en el cual mediante los flamantes mecanismos de democracia directa, los

ingleses decidieron salir de la Unión Europea fomentado por un nacionalismo que

no es acorde a los momentos de globalización que vivimos hoy en día. Al final,

políticamente nadie resultó ganador; ni Boris Johnson ni Nigel Farage, ya que

ninguno de ellos obtuvo el cargo de Prime Minister, como se tenía pronosticado, el

cual recayó en Theresa May.

Por otro lado, vemos el caso de Colombia en el que mediante plebiscito

refrendario la sociedad dijo “no” al acuerdo de paz firmado entre el gobierno

colombiano encabezado por Juan Manuel Santos y “Timochenko”, líder de las

FARC, fomentado principalmente por el expresidente Álvaro Uribe, lo anterior con

miras a ser, por segunda ocasión, presidente de Colombia. Los millenials, quienes

son el electorado más robusto y no han padecido los embates de la guerra, y la

diferenciación entre el voto urbano y el rural, fueron los principales factores que

influyeron para que el plebiscito no tuviera el éxito esperado, pero que sin

embargo le valió el Premio Nobel de la Paz al presidente Santos.

Por último en la escena internacional, está el caso de Donald Trump quien

siendo un líder mesiánico, estrella de la televisión y virtual presidente de los

Estados Unidos, le debió su victoria al electorado blanco desempleado, ignorante

y de bajos estudios, según lo afirma Noam Chumsky.

Nuestro país no está exento de semejantes fenómenos. Actualmente se

encuentra en boga el caso de Cuauhtémoc Blanco que es el alcalde de

Cuernavaca y que ha estado envuelto en una serie de escándalos; desde un

presunto pago millonario por aceptar ser candidato del Partido Social Demócrata

hasta agradecer a Benito Juárez por permitirle estar presente en una escuela

primaria y que recién acaba de ser entablado en su contra un juicio político por

malos manejos al interior de la administración pública municipal. Todo esto en

perjuicio, por supuesto, de la ciudadanía de Cuernavaca.

Todos estos esperpentos democráticos se dan a raíz de un descontento

con la democracia y con la instrumentación en algunos casos de los mecanismos

de democracia directa, los cuales son vistos por la ciudadanía como la solución a

los problemas que nos aquejan, pero que lejos de eso, han terminado en

desastres políticos.

En la antigua Grecia, que es donde la gente se reunía en el ágora para

discutir los asuntos de importancia para la comunidad, es donde surgió lo que hoy

en día conocemos como democracia sin embargo, ni siquiera en aquellas épocas

se era tan democrático como pensamos, ya que únicamente podían votar los

varones de cierta edad y de cierta posición económica, excluyendo al grueso de la

comunidad. El Demos era demasiado pequeño.

De igual forma, los cantones suizos son vistos como modelos ejemplares

donde se replica esta manera de decidir los asuntos de la comunidad, no obstante

en el pueblo de Oberwill-Liel, que pertenece al cantón de Aargau, ha preferido

pagar la cantidad de $300,000.00 dólares en lugar de recibir a 10 refugiados sirios.

Esta es, sin embargo, una manera muy democrática de tener postulados

antidemocráticos.

Entonces ¿es vigente el sistema de gobierno democrático?. Algunos de mis

lectores dirán de manera exacerbadamente segura “¡por supuesto!”, no obstante,

la democracia no ha dado como resultado los mejores gobernantes y por ende los

mejores gobierno. Pero ¿qué tenemos que considerar como democrático? ¿un

estado donde todos votan? ¿un estado donde todos tienen los mismos derechos?

¿un gobierno donde todos eligen al mismo tirano proceso tras proceso? ¿un

estado donde sexenio tras sexenio durante 70 años elige al mismo partido? Un

estado para ser considerado democrático, según palabras de Zamacona Madrigal,

es aquel que tiene dos cosas: primeramente en donde exista división de poderes

con todas sus implicaciones, es decir pesos y contrapesos y limitantes al poder; y,

en segundo lugar pero no menos importante, donde existan y se respeten

auténticamente los derechos humanos. Si un estado tiene estos dos elementos,

estamos en presencia de una democracia. Entones, partiendo de lo anterior, sería

un interesante ejercicio determinar si un gobierno municipal, estatal o federal

cuenta con estos dos inexcluyentes elementos y así determinaremos si somos o

no democráticos, teniendo presente también si se instrumentan o no los

mecanismos de democracia directa.