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Ya que se han confirmado los triunfos electorales en las 3 entidades cuyas gubernaturas estuvieron sometidas a votación queda otro tema que pocas veces es retomado en el discurso del ganador, se trata de todos aquellos ciudadanos que votaron por otro partido o candidato. Independientemente que la votación haya sido nutrida o no, que el margen haya sido aplastante o no, siempre hay un sector de la población que votó distinto o simplemente no votó, luego entonces ¿esa “fiesta de la democracia” de la que hablan los ganadores no alcanza para esa gente?, en otro orden de ideas, ¿qué le proponen a aquellas personas que no les otorgaron el voto? El gobernante lo será para quienes votaron y no votaron por él, sus decisiones tendrán que ver con todos, inclusive con aquellos que no votaron, ¿habrá pues en el discurso algún párrafo dedicado a los que votaron distinto? La democracia bien entendida debiera tener la virtud de retomar lo positivo de la oposición (o el adversario) e integrarlo en la estrategia de gobierno, me parece que todos los partidos/candidatos tuvieron algo que pudiera retomarse en el ejercicio de gobierno, ahora nos queda observar si en los ganadores habrá soberbia o humildad para desechar o retomar esas buenas ideas que surgieron de otras fuerzas políticas. Me sigue intrigando la pregunta, ¿qué sucede con los que no votaron por el ganador?, ¿cómo se les puede tomar en cuenta?, ¿qué responsabilidad tiene el nuevo gobernante con ellos?, ¿los debe convencer de su proyecto, ignorarlos o bien atacarlos? (porque los 3 casos los hemos visto a lo largo de la historia de nuestro país). Finalmente, debo decir que me parece exagerado hablar de una fiesta de la democracia para referirse a una elección, evidentemente la fiesta es para los ganadores y en su caso, el grupo de poder que se vea o sienta beneficiado por el triunfo electoral, pero para el ciudadano común no es más que un domingo de elecciones más. Estamos de acuerdo que la incipiente democracia mexicana ahora por lo menos permite elegir al gobernante a diferencia de hace diez años cuando el régimen priísta no permitía elecciones libres, sin embargo me parece que en ningún caso esta libertad electoral ha representado hasta el día de hoy, una mejora sustancial en la calidad de vida de los mexicanos, todo es simulado y ya es tiempo de dar resultados, ¿no?. JOSÉ ANTONIO LÓPEZ SOSA www.perspectivaradio.com.mx [email protected] |
