Lady Oxxo: Reflejo de una sociedad misógina, e hipócrita

En múltiples medios de comunicación, principalmente digitales, una nueva lady –de esas que las redes sociales y el internet viralizan en cuestión de minutos– ha aparecido, pero ahora no por ser una funcionaria pública realizando un acto de corrupción, ni por chocar en estado de ebriedad un vehículo, ni por presumir influyentismo para evitar una multa o sanción. Ahora, la novedad en redes sociales y en medios electrónicos se conoce con el hashtag de #LadyOxxo, para referirse a una joven sonorense que labora en esta famosa tienda de autoservicio propiedad de Femsa, de la que desgraciadamente fueron filtradas, presuntamente por su novio, una serie de fotografías intimas.

Lo medios de comunicación han narrado el suceso que por desgracia no ha sido analizado ni comentado desde el punto de vista que debería: un acto de violencia hacia la mujer, ya que tal conducta constituye una agresión frontal a la intimidad de la joven, toda vez que ella en ejercicio de su derecho a la sexualidad, decidió mandar –esperemos que voluntariamente y sin presiones– tal material a su pareja como parte de su relación íntima, sin embargo nunca imaginó que tal material iba a ser utilizado para amedrentar su esfera de derechos y convertirse en un acto de violencia no solamente en su contra, sino en contra de todo el género femenino.

Este tipo de situaciones no son nuevas ya que derivan de un fenómeno conocido como sexting, el cual consiste en enviar material íntimo a la pareja como una manera de vivir su sexualidad, no obstante muchas personas pasan a convertirse de seductores a victimas al ignorar el uso que a la postre se le dará a ese material.

Estas conductas, la filtración y la exacerbada cobertura mediática, por desgracia son el reflejo de una sociedad misógina, comportamiento que ha prevalecido en nuestro país desde hace siglos incluso. Dice la jurista y académica Catherine Mackinnon, que tales comportamientos se reflejan desde las constituciones por dos motivos: primero, porque los constituyentes en su gran mayoría son realizadas por varones, lo que da como resultado al segundo motivo: una constitución con un lenguaje excluyente. Este último motivo, no se refiere a exigir la visibilización de las mujeres mediante la gastadísima sentencia “las” y “los”, sino por únicamente emplear el articulo gramatical en género masculino, para referirse a la totalidad e los ciudadanos.

Esto en nuestro país se agrava, toda vez que el derecho de las mujeres ha sido marginado por décadas en múltiples campos: en el político, al permitírsele el voto hasta la década de los cincuentas; en lo social, por considerar que el rol femenino es ser ama de casa; en lo educativo, por no permitirle continuar con estudios; en lo laboral, por recibir menor ingreso por el mismo trabajo; y en lo sexual, por ser vistas como un objeto. Esto último, dice Mackinnon, es la mayor forma de violencia y sometimiento hacia la mujer.

Han existido avances en la materia, sin embargo han sido insuficientes. Por un lado vemos medios de comunicación que exigen que las autoridades declaren alerta de género, y por el otro hacen publica la filtración de material íntimo de una joven conocida como Lady Oxxo. Esto es, como afirmo en el titulo, una muestra de misoginia y de hipocresía por parte de los medios y la sociedad, ya que no les importa hacer más fuerte el dolor de una persona que está atravesando uno de los momentos más

difíciles en su vida, a cambio de unos clics que pueden traducirse en ingreso económico al firmar convenio con determinada autoridad.

El caso de la filtración de material íntimo de mujeres en muchas ocasiones ha dado lugar a desenlaces fatales, sin embargo hay ocasiones en las que han sido convertidos en cosas positivas, por ejemplo el caso de la británica Ruth Jeffery; una situación casi idéntica al de la sonorense, pero que tuvo el valor de denunciar ante las autoridades y concluyó en que su entonces pareja, quien filtró el material, fue condenado a dos años de prisión. En México, existe el caso de una joven veracruzana que fue victima de la filtración de un video íntimo, pero que lejos de ser amedrentada tuvo la valentía de transformar tal daño en un movimiento pro feminista de carácter nacional.

El caso que abordo en este texto, describe como la sociedad mexicana aun no ha superado atavismos que le impiden un adecuado ejercicio de derechos en cuanto a perspectiva de género, pero con estas líneas espero abonar en una mejor cultura del respeto a los derechos, no únicamente de las mujeres, sino de las personas.

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