Hoy, primer domingo de marzo celebramos en México el “Día de la Familia”.
07:49 PM 03/03/2019
Hoy, primer domingo de marzo celebramos en México el “Día de la Familia”. Dicha
celebración es una oportunidad para comprometernos en promover la educación y la paz.
En la familia se inicia el aprendizaje y la vivencia de los valores como el respeto, la
solidaridad, la honestidad, la comprensión, el amor, la fe. Es el espacio social en el que
más se hacen notar los esfuerzos por mejores condiciones de vida y las amenazas que
pesan sobre la sociedad misma. La familia es la institución social que hace los mayores
esfuerzos por la integración, por salvaguardar el don de la vida y por una forma solidaria
de convivencia.
La celebración en México del Día de la Familia, es una oportunidad para considerar
la necesidad de poner atención a lo que está sucediendo con nuestras familias mexicanas
y a sus potencialidades. A pesar de los cuestionamientos que se han hecho a todas las
instituciones, la institución familiar sigue siendo la institución más apreciada y valorada por
los mexicanos, el espacio humano más cercano y solidario en los casos de sufrimiento.
Reconozcamos este día, la gran carga de dolor que viven muchas familias de
nuestra región al ser golpeadas por alguna de las formas violentas del crimen organizado
y al sentirse en la orfandad por la falta de apoyo en el momento de la crisis, y de alguna
manera la respuesta ineficaz por parte de las instituciones públicas. Por otra parte,
muchas de nuestras familias viven en la zozobra por la pobreza extrema y están al borde
de la desesperanza. Es importante reconocer que el espacio familiar sigue siendo la
salvaguarda de la esperanza y es el lugar más confiable para refugiarse en las pruebas.
Es la familia la que se esfuerza por la supervivencia de sus miembros, por la superación
del dolor, por lograr la justicia necesaria y por mejorar las condiciones de vida.
Las familias necesitan la atención y el apoyo de todos, tanto de los gobiernos como
de la sociedad civil, proteger la vida desde antes de nacer hasta su muerte natural, para el
desarrollo de las personas y para sanar las dolencias que les aquejan. Como Iglesia
estamos en el empeño de ofrecer nuestra aportación desde la pastoral familiar, para que
la familia siga siendo comunidad de vida y amor, y ofrezca su aportación transformadora a
la sociedad de nuestro tiempo.