También sobre Percepción Pública de la Ciencia y la Tecnología en Michoacán
06:34 PM 31/01/2012
Morelia, Michoacán, 31 de enero del 2012.- El Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología de Michoacán (COECyT) en coordinación con la Red Estatal de Difusión, Divulgación y Enseñanza de la Ciencia y la Tecnología (REDDECyT) que articula a todas las instituciones y grupos dedicados al quehacer de la popularización en el estado, elaboraron la INVESTIGACIÓN SOBRE CULTURA CIENTÍFICA Y PERCEPCIÓN PÚBLICA DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA DE MICHOACÁN, que buscó realizar una caracterización de la cultura científica de la población michoacana y de la percepción general que ésta tienen acerca de la ciencia y la tecnología y servirá de base para generar políticas públicas para orientar y fortalecer las actividades de popularización y divulgación científica y tecnológica en beneficio de la misma población del Estado de Michoacán.
Realizado a partir del mes de septiembre de 2010 y concluido en junio del 2011, con apoyo de un grupo de especialistas en la gestión de la divulgación, este proyecto tomó como referencia varios estudios sobre percepción pública de la ciencia y cultura científica, realizados a lo largo de varios años en el Reino Unido, los Estados Unidos de América, España, en varios países de Latinoamérica y en México.
Para llevarlo a cabo, se aplicaron 560 encuestas en los quince municipios principales del Estado, donde habita el 59 % de la población, entre adultos y adolescentes, a partir de los 16 años (edad que corresponde usualmente a estudiantes en el último año del nivel preuniversitario). Los encuestados pudieron asentar sus respuestas utilizando equipo de cómputo “Sensus S-18”® con pantallas sensibles al toque.
Igualmente, se realizaron entrevistas grupales con científicos y divulgadores del estado, así como entrevistas individuales con líderes de opinión michoacanos del sector de medios de comunicación, del sector académico y de la comunidad científica; con el fin de contrastar sus visiones sobre la cultura científica de la población, con los resultados de la encuesta aplicada en los quince principales municipios de la entidad.
Además, se realizaron dos grupos foco: uno, con jóvenes estudiantes de entre 13 y 18 años de edad; otro, con líderes de opinión y tomadores de decisiones de los sectores educativo, empresarial y gubernamental.
El estudio destaca entre sus resultados que la población michoacana tiene una imagen más positiva que negativa (62.5 % y 31.0 %, respectivamente) de la ciencia y tecnología, pues los principales conceptos con los que la gente las asocia, son: progreso, comodidad y confort, educación, bienestar, la mejor manera de entender el mundo y conocimientos interesantes. Los principales conceptos desfavorables asociados con la ciencia fueron riesgos y dependencia.
Para el michoacano común no es nítida la diferencia entre ciencia y tecnología. El análisis de la información tanto cualitativa como cuantitativa, indica que de las dos, es la tecnología la que más interés despierta en la gente, por la aplicación y utilidad que tienen los productos tecnológicos en su vida cotidiana.
En general, las personas consideran la ciencia como importante, interesante y una herramienta social para resolver problemas; pero la comprenden poco y no aprecian con claridad la relación entre la generación de ciencia básica y las aplicaciones tecnológicas que se puedan generar a partir de la ciencia básica (por ello ésta es menos interesante para ellas, que la tecnología).
La gente identifica las disciplinas científicas (medicina, matemáticas, biología, física, etc.) como tales, distinguiéndolas de los campos que no lo son (como la aromaterapia, el tarot y otras). Lo anterior es particularmente claro en referencia a las llamadas “ciencias duras”, pues algunas ciencias sociales (como la historia o la economía) son consideradas como poco científicas.
Las personas encuestadas piensan que los conocimientos científicos son compatibles con las creencias religiosas (16.96 % opinó que son totalmente compatibles y 45.54 %, que lo son en gran medida).
No obstante, las creencias en brujería, la predicción del futuro (principalmente a través del tarot) y la sanación por medio de curanderos, está todavía muy extendida en la población michoacana, en general. La gente reconoce que no son científicas; pero se expresan como prácticas muy arraigadas en los usos y costumbres de personas de distintas edades, principalmente de las comunidades rurales y ciudades pequeñas.
En general, el grado de interés de las personas sobre distintos temas culturales parece ser directamente proporcional al grado en que ellas se consideran informadas. Sin embargo, las excepciones fueron los avances de la ciencia, los temas de desarrollo personal y familiar y los temas policiacos, tópicos en los cuales las personas se sienten más informadas de lo que están interesadas.
El 23 % se declaró poco o nada interesada en temas de ciencia y tecnología, aduciendo principalmente los siguientes motivos: Falta de tiempo (10.9 %), No me gustan (5.0 %) y No los entiendo (2.0 %), entre otros.
Respecto al vocabulario científico básico, de entre 22 afirmaciones planteadas a los encuestados (algunas de las cuales eran falsas y otras verdaderas), 15 fueron contestadas correctamente por más del 65 % de los encuestados (siendo los conocimientos más adecuadamente apropiados por la población, los riesgos por los agujeros en la capa de ozono, el concepto de gravedad, los efectos cancerígenos de fumar y el origen evolutivo de las especies (darwinismo), todos con más del 90 % de aciertos), temas que coinciden en haber tenido una cobertura mediática amplia. En cambio, otros conocimientos relevantes para la vida del ciudadano común, como la aplicación de los antibióticos, tuvieron menos del 20 % de aciertos. El promedio de aciertos obtenido en las 22 afirmaciones fue de 71.96 %; es decir, un nivel suficiente en lo referente a vocabulario científico y tecnológico.
En cuanto al entendimiento de procesos científicos y probabilísticos (capacidad de las personas para identificar correctamente ciertas reglas del método científico en determinadas circunstancias), 33.21 y 30.18 % contestaron correctamente a los dos planteamientos que se les hicieron, respectivamente.
En conjunto, el 78.7 % de las personas consideran haber recibido una educación aceptable o muy buena en la escuela, en temas de ciencia y técnica; y el 21.3 % restante, la consideró deficiente o muy deficiente.
Las actividades que más realizan los michoacanos para ampliar su cultura en temas de ciencia son ver programas de ciencia (tipo los de “Discovery Channel” y “Animal Planet”, por ejemplo) y leer libros y revistas, que realizan en promedio una vez al año. En cambio, por lo general la gente no acostumbra visitar un zoológico, un jardín botánico, un planetario o un museo de ciencias, pues en promedio no hace ni una visita por año. La tendencia es similar en ciudades con mayor y con menor equipamiento de museos y centros culturales.
En general, las personas no están interesadas en participar en debates públicos sobre temas de ciencia, tecnología y sociedad (sólo el 17.3 % lo haría definitivamente, en tanto los indecisos suman el 48.4 %, y el 34.3 % definitivamente no lo haría).
Los michoacanos consideran en general que los ámbitos de la vida cotidiana en los cuales les son más útiles los conocimientos científicos y técnicos son: la salud y prevención de enfermedades; la comunicación con otros (teléfonos, chats, correo, etc.); y la comprensión de cómo es y cómo funciona el mundo. Los ámbitos donde consideran que les son de menor utilidad, son: sus decisiones como consumidor y cliente; el desempeño de su profesión o trabajo; y la formación de sus opiniones y creencias.
La gente confía que la ciencia y la tecnología resolverán grandes problemas del mundo: obtendrán energía de fuentes alternas y “limpias”; encontrarán la cura contra el cáncer y el SIDA; nos ayudarán a transportarnos más rápido, cómodos y seguros; y a restaurar el medio ambiente. Sin embargo, confía poco en el potencial de la ciencia y la tecnología para resolver un problema social tan grave como el de la hambruna; o para abaratar los productos industriales.
Los profesionistas dedicados a la ciencia tienen en general buena imagen y prestigio entre los michoacanos, con un 3.73 de calificación en una escala del 1 (mínimo) al 5 (máximo). Los mejor calificados en este sentido fueron los médicos (4.93), los sacerdotes (4.91), los maestros (4.78) y los ingenieros (4.58). Los peor calificados fueron los curanderos (1.61) y los banqueros (2.88).
La imagen pública que tienen los científicos es de personas inteligentes, en las que se puede confiar y que son valiosas por lo que aportan a la sociedad. En muy baja proporción se les asoció a conceptos como “gente rara”, poco sociable o como responsable del mal uso que otros (los tomadores de decisiones) hagan de los conocimientos y productos que generan.
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